Cuartel Terranova

El Cuartel Terranova, centro secreto de secuestro, tortura y desaparición a cargo de la DINA, se instaló oficialmente en la antigua Villa Grimaldi a partir de 1974, aunque comenzó a operar parcialmente a fines de 1973.

Allí funcionaba la Brigada de Inteligencia Metropolitana (BIM), encargada de la represión en la ciudad de Santiago.

De esa comandancia dependía la Brigada Caupolicán y la Brigada Purén, cada una compuesta por diferentes grupos operativos con el objetivo de la represión sistemática a los opositores al Régimen, por lo que la infraestructura del lugar contaba con artefactos especialmente dispuestos a distintas formas de tortura para los detenidos. Allí también se mantenía a prisioneros que ya no eran torturados pero que permanecían detenidos a veces por largos períodos a la espera de posibles nuevos interrogatorios o de la decisión sobre su suerte futura.

A medida que el número de detenidos fue aumentando, se fueron habilitando lugares para su permanencia, los que aparentemente se encontraban diferenciados según la “calidad” en que se encontraba el detenido.

Como otros centros de detención, la vida de los prisioneros al interior de Villa Grimaldi se caracterizaba por extremas condiciones de insalubridad, malos tratos generalizados, alimentación insuficiente y altos niveles de incertidumbre, entre otras condiciones, que producían deterioros notables en la salud de los detenidos.

Dentro de la Villa Grimaldi se dispuso de instalaciones especialmente destinadas a la tortura, a través de distintos métodos aplicados por agentes, generalmente conducidos por oficiales, aunque en ocasiones, estos últimos, también manipulaban personalmente los instrumentos de tortura. En algunos casos, durante los interrogatorios, fueran o no con tortura, un funcionario tomaba notas en una máquina de escribir.

Al parecer, el destino de los detenidos se determinaba en reuniones de consulta que celebraban los comandantes de grupo junto al comandante de la BIM, información que luego era transmitida a la jefatura de la DINA. La decisión de matar se reflejaba en el traslado del prisionero a la “Torre”, donde ingresaba a un régimen de aislamiento. Las víctimas eran sacadas del recinto durante la noche, en grupos de hasta 20, con objeto de ser eliminadas. Posteriormente la ficha de identidad individual del muerto era extraída de los archivos de la BIM.

Por lo general, los detenidos más afortunados de Villa Grimaldi no eran liberados directamente, sino que eran trasladados a Tres Álamos o a Cuatro Álamos, este último operaba como lugar de tránsito, sustituyendo así al Estadio Chile en estas funciones.

Desde sus inicios, el Cuartel Terranova funcionó como un centro secreto y  selectivo de secuestro, tortura y desaparición de personas. En forma similar a Terranova funcionaron -considerando sólo Santiago- muchos otros tales como Londres 38 (“Cuartel Yucatán”), José Domingo Cañas (“Cuartel Ollagüe”), Irán 3037 (“Venda Sexy” o “la Discoteque”).

 

LA DINA


La Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), fue creada en 1974 mediante el Decreto Ley N° 521, dictado el 14 de Junio. “Se trataba de un ‘organismo militar de carácter técnico profesional, dependiente directamente de la Junta de Gobierno y cuya misión será la de reunir toda la información a nivel nacional, proveniente de los diferentes campos de acción, con el propósito de producir la inteligencia que se requiera para la formulación de políticas, planificación y para la adopción de medidas que procuren el resguardo de la seguridad nacional y el desarrollo del país’.” (Informe de la Comisión Verdad y Reconciliación, 1990. Pág. 55).

La DINA, era un servicio de seguridad autónomo dedicado exclusivamente a la represión de los partidos políticos de izquierda y de las organizaciones sociales. Estaba integrada por personal de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas, Carabineros e Investigaciones, al que se agregaron en calidad de agentes personas provenientes de grupos ultraderechistas. Su Director nacional era el coronel de Ejército Manuel Contreras Sepúlveda.

Como otros organismos represivos de países del cono sur, la DINA se sumó activamente a la llamada Operación Cóndor, la que promovió la colaboración entre organismos semejantes facilitando el intercambio de prisioneros e información.

Las atribuciones de la DINA fueron secretas, ya que únicamente se publicaron en un anexo de circulación restringida del Diario Oficial. Dotada de abundante personal, dispuso además de recursos cuantiosos y una fuerte infraestructura de locales, medios de comunicación y transporte. Sus actividades trascendieron las fronteras nacionales, habiendo actuado en diversos atentados, entre ellos el que terminó con la vida de Orlando Letelier en pleno centro de Washington. Sus métodos incluyeron el secuestro, el asesinato, la aplicación de torturas y la desaparición.

 

FORMAS DE TORTURA


La “parrilla”: esta era la forma más habitual de tortura. Consistía en un catre de metal sobre el que se amarraba desnudo al detenido para proceder a aplicarle descargas de corriente eléctrica sobre distintas partes del cuerpo, especialmente aquellas más sensibles como labios o genitales y aun sobre heridas o prótesis metálicas. Una modalidad particularmente cruel de este método consistía en la utilización de un camarote metálico de dos pisos; como modo de presión y debilitamiento psicológico, se colocaba al interrogado en la cama inferior y en la superior se torturaba a un familiar o un amigo.

“Colgamientos”: la víctima era colgada de una barra ya sea por las muñecas o por muñecas y rodillas. En ambos casos, al dolor producido por el peso del cuerpo colgado por largo tiempo se sumaba la aplicación de corriente eléctrica, golpes, heridas cortantes y vejámenes.

“Submarino húmedo”: hundimiento de la cabeza en un recipiente con agua, generalmente sucia o con otro tipo de líquido; la cabeza era mantenida sumergida hasta un punto cercano a la asfixia. Similar efecto se conseguía mediante el llamado “submarino seco”, que consistía en la colocación de una bolsa plástica en la cabeza de la persona impidiendo la entrada del aire, también hasta un punto cercano a la asfixia.

A los métodos de tortura descritos, se sumaban otras prácticas habituales de tortura y malos tratos: golpes de todo tipo, algunos tan violentos que lograban provocar graves lesiones físicas, o golpes imprevistos dados a una persona con la vista vendada. Las violaciones y vejaciones a mujeres y hombres delante de sus esposos, padres y compañeros era una forma habitual de tortura, ejerciendo incluso la tortura y la violación con perros amaestrados.

Villa Grimaldi mantenía una actividad permanente, prácticamente sin interrupciones. Los equipos operativos entraban y salían del lugar las veinticuatro horas del día, se traía a detenidos en cualquier momento y se torturaba a toda hora. Al interior de Villa Grimaldi se daba un ambiente de degradación generalizada. Además de las torturas durante los interrogatorios, tanto los oficiales como los demás agentes operativos y algunos guardias vejaban y golpeaban permanentemente a los detenidos.

Comentar

Copyright © 2011 Educación Villa Grimaldi.
Sitio desarrollado por TuOnda Networks sobre plataforma WordPress